Vikingos en la Península Ibérica: Un Intento Fallido de Asentamiento





Vikingos en la Península Ibérica: Un Intento Fallido de Asentamiento


La historiadora Eleanor Barraclough desmiente estereotipos y revela la complejidad de la vida vikinga, incluyendo sus intentos de establecerse en la Península Ibérica, los cuales no tuvieron éxito.

Eleanor Barraclough, reconocida historiadora y profesora en la Universidad Bath Spa, ofrece una nueva perspectiva sobre el mundo vikingo en su ensayo "El oro de los vikingos". Lejos de la imagen simplista de meros saqueadores y navegantes, Barraclough reconstruye la vida cotidiana de estos pueblos, abarcando desde mercaderes y artesanos hasta niños y esclavos. Su investigación se basa en hallazgos arqueológicos, como peines grabados, inscripciones rúnicas y restos óseos, que pintan un cuadro de una sociedad globalizada que se extendía desde Groenlandia hasta Constantinopla y el Califato islámico.

La autora desmonta mitos arraigados, destacando aspectos sorprendentes de la cultura vikinga, como su frecuente higiene personal –se bañaban semanalmente– y su cuidado hacia los discapacitados. Barraclough también subraya el papel crucial de las mujeres en la expansión vikinga, yendo más allá de su rol como guerreras para revelar su influencia en la transmisión cultural. A pesar de esta rica y compleja civilización, sus intentos de asentamiento en la Península Ibérica, según la historiadora, no prosperaron.


Filosofía de la Sospecha: Cuando la Razón Cuestiona lo Evidente

Por otro lado, el texto introduce la "filosofía de la sospecha", un movimiento intelectual que surge cuando el pensamiento deja de aceptar lo evidente como verdad absoluta. Figuras como Marx, Freud y Nietzsche cuestionaron la autonomía del ser humano sobre sí mismo y su conciencia, sentando las bases para una nueva comprensión de la verdad, el sujeto y la realidad.

La famosa sentencia de Marx, "Todo lo sólido se desvanece en el aire", extraída del Manifiesto Comunista, resuena con una vigencia inquietante en la actualidad. Si bien en su origen Marx la utilizaba para impulsar la revolución a través de la aniquilación de estructuras consideradas inmutables, la frase hoy invita a reflexionar sobre la fragilidad de las certezas en cualquier época.




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